¿Recuerdas alguna campaña en defensa del medio ambiente?

sábado, 29 de mayo de 2010

Bosque en cifras

El 45% del territorio chileno corresponde a suelos de aptitud preferentemente forestal. Los bosques de nuestro país cubren una superficie de 15,6 millones de hectáreas, lo que representa el 20,7% de la superficie del territorio nacional. De eso, aprox. 13,4 millones de hectáreas, (17,8% del territorio nacional) son bosques nativos.
[Corporación Nacional Forestal]

La Ley N° 20.283, sobre Recuperación del Bosque Nativo y Fomento Forestal, define (en su Artículo 2°) al Bosque Nativo como al "bosque formado por especies autóctonas, provenientes de generación natural, regeneración natural, o plantación bajo dosel con las mismas especies existentes en el área de distribución original, que pueden tener presencia accidental de especies exóticas distribuidas al azar."
[Corporación Nacional Forestal]

En Chile hay más bosque nativo que bosque plantado. El bosque nativo chileno tiene una superficie de 13,4 millones de hectáreas, mientras que las plantaciones llegan sólo a la séptima parte, con un total de 2,1 millones de hectáreas. El total de bosques que existe en Chile alcanzaría para cubrir desde la Región Metropolitana a la novena o también podemos decir que el total de bosque que existe en Chile alcanzaría para cubrir Holanda, Bélgica y Suiza juntos.
[Bosques para Chile]



A pesar estar citando a Bosques para Chile y CONAF, el análisis estadístico en base a estas fuentes debe ser restringido, ya que, al revisar minuciosamente los datos que estas instituciones presentan, fácilmente podemos dar cuenta de que la palabra “bosque” se va transformando de a poco en términos como PIB, riqueza, fuente de trabajo, bien, actividad económica, recurso, industria y otros similares. El “sector forestal” genera ingresos, por esta simple razón, organismos como estos lo “protegen”. No existe una real conciencia medioambiental, sólo existe negocio verde, donde las únicas hojas que interesan son las de papel moneda.

Salvo en el árido Norte, prácticamente en casi todo el resto del país se registran incendios forestales. Debido a la combinación de vegetación que puede arder con una mayor población potencialmente causante de incendios, el área de mayor ocurrencia y daño es la zona central y centro-sur, desde la Región de Coquimbo a la de Los Lagos y, a su vez, desde el valle central hacia la costa del Océano Pacífico. En Chile, la época de incendios forestales se inicia alrededor de octubre o noviembre de un año, cuando las condiciones de la primavera ya favorecen la propagación del fuego iniciado por una persona, y se prolonga casi hasta abril del año siguiente, a veces hasta mayo.
     [Corporación Nacional Forestal]

Se habla de pérdidas, se habla de daños, se habla de incendios. ¿Es el fuego la causa única de destrucción de los bosques chilenos? En Argentina se perdió el 82% de los bosques nativos en los últimos 100 años, y la culpa no la tiene un defectuoso protector solar para árboles. Primero, la mayor parte de los incendios son intencionales, y sí, los incendios se constituyen como una de las causas principales, pero no la única causa de destrucción del bosque. Pocos medios hablan de la tala indiscriminada del bosque nativo.

Según la Conferencia de Naciones Unidas para el Medioambiente y Desarrollo (CNUMAD), celebrada en Río de Janeiro, en 1992, definió la desertificación como "un proceso de degradación de la tierra en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, resultantes entre otros, de factores climáticos y actividades humanas". 
El proceso global de la desertificación estaría afectando una superficie aproximada de 47,3 millones de hectáreas, lo que equivale al 62,3% del territorio nacional, correspondiente principalmente a la mitad norte (I a VIII Región) y a la zona austral del país (XI y XII Región). 
El fenómeno se expresa con mayor magnitud en las siguientes macrozonas agroecológicas: la precordillera de la I y II regiones, la faja costera de la I a la IV regiones, las áreas ocupadas por las Comunidades Agrícolas de la III a la IV Región, el Secano Costero de la V a la VIII Región, la precordillera andina de la VI a la VIII Región y las zonas degradadas de la XI a la XII Región.
Según antecedentes del "Mapa Preliminar de la Desertificación en Chile", donde se analizaron 290 comunas, el 93% de éstas se encontrarían afectadas en diferentes grados por procesos de desertificación, el resto (7%) no muestra signos activos.
[Corporación Nacional Forestal]

Un Chile desertificado es un Chile desierto, sin bosques, sin vegetación, sin vida. Las organizaciones de gobierno reconocen el problema, pero siguen sin mencionar los daños producidos por la tala.

La política ambiental de Chile se ha caracterizado por abordar decididamente los desafíos globales existentes en esta materia, insertándose en el contexto internacional y desarrollando una participación activa en la agenda mundial para el desarrollo sustentable. En ese camino, que se inició con la reunión sobre Medio Ambiente Humano, en Estocolmo (1972), y que continuó desarrollándose en la Cumbre sobre Medio Ambiente y Desarrollo en Río de Janeiro (1992), y Johannesburgo, en la Cumbre de Desarrollo Sostenible (2002), se ha suscrito una serie de protocolos y convenios que apuntan en tal dirección. El país ha puesto especial énfasis en incorporarse constructivamente a la red de acuerdos y tratados internacionales ambientales, con el propósito de alcanzar un desarrollo sustentable. Estos convenios constituyen una fuente importante de Derecho Ambiental Internacional y contribuyen a la generación de las políticas de cada nación sobre este tema.
[Corporación Nacional del Medio Ambiente]

En un país como el nuestro, un buen manejo de las relaciones exteriores se traduce en buenos tratados, o en buenos acuerdos… o muchos acuerdos, muchos guiños, muchos apretones de manos, muchos besos, muchos abrazos. En cuanto a los acuerdos medioambientales de los que Chile participa, cabe decir que ninguno trata de manera directa el tema de la defensa de los bosques.


Antecedentes de campañas comunicacionales en defensa de los bosques.

En Chile, la última campaña en defensa de los bosques, se supone que todavía vigente, es la de CONAF. "Cuida el bosque: que no se haga humo" (2006-2010) es el nombre de la campaña que, en resumen, advierte de los peligros de no ser cuidadoso con el fuego: quemar el bosque. El concepto de la campaña sólo es una reutilización del anterior, de hecho, ni si quiera se cambió alguna palabra del CCC de la campaña del 2004, que sólo tenía un tiraje de piezas distintas. Otras campañas de CONAF, con la misma baja tasa de recordación, fueron: “El bosque no es un juego” (2003), “No dejemos que sigan quemando Chile” (1997), “Despierta, Chile se está quemando” (1995), “Forestín cuida la naturaleza” (1987) y “El bosque hay que cuidar” (1984).
Del CCC “El bosque no es un juego”, sólo queda en el inconsciente colectivo el “el bosque no es un juego, tralalalalala”. En cuanto a la campaña “No dejemos que sigan quemando Chile”, el llamado es a denunciar a sujetos tácitos culpables de la quema de bosques. Se rescata la intención de querer generar intencionalidad en la gente, para que intente detener esto, que sólo podrá detenerse teniendo la intención de hacerlo… porque los incendios más fatales son los intencionales.

En materia internacional, destaca Greenpeace con “Los siete magníficos”. La campaña, reúne a representantes de todos los bosques del mundo: El lobo de los bosques de Norteamérica, el tigre siberiano de los bosques de la Rusia asiática, el orangután de los bosques del Pacífico asiático, el oso pardo de los bosques de Europa, el elefante de los bosques africanos, el jaguar de la selva amazónica y el ciervo andino de la jungla templada de Sudamérica.
Con intervenciones en asentamientos de madera ilegal, estos siete animales hicieron ruido por el mundo, diciéndole NO a la destrucción el bosque nativo.
Otra campaña de Greenpeace es “Salvar los bosques es salvar el clima”, donde el enfoque está orientado a combatir la deforestación, para así salvar el clima.


Competencias, destructores del bosque.

Empresas forestales, aun cuando medios como el mercurio culpan desde siempre a las comunidades mapuches. Destaca entre estas empresas, CELULOSA ARAUCO, involucrada también en muchos otros crímenes en contra de la naturaleza, como mortandad de peces en los ríos del sur, entre otros.

0 comentarios:

Publicar un comentario